De ser pasivo a ser
proactivo
El estudiante en línea se distingue porque tiene una actitud de ir
al frente, ya no esperar a que sucedan las cosas o que el profesor le indique
lo que tiene que hacer, se convierte entonces en el actor principal del
escenario educativo.
De la exigencia en la participación
Un aspecto relacionado a lo anterior es el dinamismo y elaboración
en la participación que desarrolla el estudiante en línea frente al estudiante presencial.
De la estática entre tiempo
y espacio a la dinámica autogestiva
El estudiante en línea no se encuentra sujeto a los horarios y a
los espacios físicos para dar paso a la autogestión; esto implica que el mismo
es quien determina donde, como, cuando, y cuanto estudia.
Del seguimiento académico
Si el estudiante de la modalidad presencial tiene una duda o
inquietud, no siempre la externa al profesor, por causas de diversa índole, en
el caso del estudiante en línea existe la facilidad de compartir las dudas en
público (mediante foro de discusión) así como en privado (mensajería interna,
correo electrónico).
De la interacción grupal y
con el docente
El estudiante en línea interactúa principalmente con los
contenidos (multimedia, interactivos, entre otros) del ambiente virtual de
aprendizaje que si bien son una base de conocimientos de la que se parte en un
curso.
Un estudiante es como cualquier otra persona y experimenta una
gama de emociones a lo largo de diferentes momentos de su vida y el proceso de aprendizaje
no es ajeno al manejo de las emociones. Las competencias interpersonales
constituyen herramientas básicas para el desarrollo humano. En la medida que el
estudiante en línea desarrolle y potencie las habilidades tanto académicas como
interpersonales, el estudiante podrá superar retos propios a su vida académica.
Autor: López Meza, Ricardo D.
(2016).